miércoles, 15 de julio de 2015

6 Critica y recepcion

En una época en la que ya se insistía en la separación de la fe y el saber, Pascal representó, en su vida y en su obra, el principio de la unidad de todo el ser. Para él, dedicarse tanto a problemas de ciencias naturales como a cuestiones filosóficas y teológicas no suponía contradicción de ninguna clase; todo le servía para lograr una directa profundización de sus conocimientos. Su percepción de la «intelligence/raison du coeur» – solo la conjunción de la razón con el corazón puede constituirse en base del conocimiento humano– como forma más esencial del conocimiento omnímodo es considerada por sus adeptos como concepción visionaria y ejemplar por los tiempos de los tiempos.
Hasta el día de hoy, a Pascal se le considera un locuaz apologista del cristianismo y defensor de una profunda ética cristiana. Por eso, algunos críticos del cristianismo, como elabate Meslier o Voltaire, lo atacaron pronto como eximio oponente. Friedrich Nietzsche durante toda su vida reflexionó sobre Pascal. Para él, Pascal es «el lógico admirable del cristianismo»;9 «Pascal, a quien casi amo, porque me ha enseñado infinitas cosas: el único cristiano lógico».10 Es posible hallar juicios que expresan tanto admiración como rechazo: Nietzsche veía en Pascal, como también en Schopenhauer, algo así como un adversario digno. También veía una relación de contenido entre ambos: «sin la fe cristiana», opinaba Pascal, «vosotros mismos seréis, así como la naturaleza y la historia, ‘un monstre et un chaos‘». Esta profecía la hemos cumplido: después de que el siglo XVIII, débil y optimista, hubiera embellecido y racionalizado al ser humano […], en un sentido esencial es Schopenhauer el primero, que vuelve a retomar el movimiento dePascal […] nuestra incapacidad de conocer la verdad es consecuencia de nuestra corrupción, de nuestra decadencia moral: dice Pascal. Y eso mismo en el fondo dice Schopenhauer.»11 En Pascal Nietzsche puede localizar su crítica del cristianismo: «El cristianismo no merece perdón por haber aplastado a personas como Pascal. […] ¿Qué es lo que combatimos en el cristianismo? El que él quiera quebrar a los fuertes, que quiera desalentarlos, aprovechar sus malos momentos y su cansancio, transformando su orgullosa seguridad en inquietud y cargos de conciencia […] hasta que los fuertes sucumben en los excesos del autodesprecio y del automaltrato: esa manera lúgubre de sucumbir, cuyo ejemplo más afamado lo ofrece Pascal.»12
Críticos modernos como Aldous Huxley, al que en general se considera relativamente reservado, han ido más lejos en su crítica, aunque de un modo psicologizante. Pascal habría hecho virtud de su necesidad –sus achaques corporales y su incapacidad de sentir auténtica pasión– camuflándolo con palabras pías. Pero aún peor: habría usado el peso de su razón para incentivar a otros a que adoptaran la misma cosmovisión hostil a lo terrenal. Citas de Pascal como: «Desviarse del término medio es desviarse de la humanidad» y otras inducen a entenderlo simplemente como pensador moderado en el sentido aristotélico. Huxley opina que este no habría sido más que una faceta teórica de Pascal. En la vida real, es decir, en lo que probadamente se refiere a su vida cotidiana, Pascal habría sido muy consecuente –hoy se diría: fundamentalista–. Expresiones surgidas de la pluma de Pascal tales como: «la enfermedad es el estado natural del cristiano; porque sólo en la enfermedad el ser humano es como siempre debería ser» expresarían la postura sombría del filósofo. En base a sus formulaciones brillantes y al relato impresionante de sus experiencias espirituales, Pascal sería considerado como «pionero de una causa noble», mientras que –en lo que se refiere a su aspecto filosófico cristiano– no habría sido más que un asceta enfermo. Según Huxley, y a diferencia de Nietzsche, Pascal no habría luchado en contra de sus dolencias, sino que las habría usado como indicios bienvenidos de que la vida terrenal carecía de valor.
Al plano filosófico se refieren la reinstanciación por Karl Löwith de la crítica de Voltaire y su tratamiento de la «Apologética» o la interpretación crítica de su obra en la historia de la ontología funcional moderna por Heinrich Rombach.13 Teológicamente relevante es por ejemplo la gran interpretación de Hans Urs von Balthasar en su obra Herrlichkeit.14Los intérpretes recién nombrados no hacen comentarios puntuales sobre cuestiones seleccionadas de la persona o la obra, sino que se ocupan del conjunto del legado de su obra. Existe una amplia investigación sobre Pascal, no solamente en Francia, sino también, por ejemplo, en Estados Unidos o en Japón.